UN COMBO PARA PROGRESAR...

“Yo, pues, he oído de ti que puedes dar interpretaciones y resolver dificultades. Si ahora puedes leer esta escritura y darme su interpretación, serás vestido de púrpura, y un collar de oro llevarás en tu cuello, y serás el tercer señor en el reino”. Daniel 5.16

Quiero compartirte a la luz de este pasaje tres condiciones fundamentales para tu desarrollo en la vida.

• Que se oiga de vos: El versículo comienza diciendo “Yo, pues, he oído de ti”, esta es la primera pregunta que tenés que hacerte: ¿se oye de vos?

Esto sería el equivalente a existir o no existir, ya que si no se oye de vos difícilmente alguien te tendrá en cuenta para un ofrecimiento. Cabe destacar que lo que se escuchaba de él eran comentarios positivos, ya que también se pueden oír de uno cosas negativas.

• Que interpretes correctamente: “que puedes dar interpretaciones”, esto será clave, primero para tu propia vida y después para los demás.

Interpretar significa explicar el sentido de algo o concebir la realidad de un modo personal, aquí la clave radica en interpretar de forma acertada. No te olvides que gran parte de tu progreso estará dado por la forma correcta de interpretar las cosas, los eventos y los tiempos.

• Que resuelvas dificultades: “y resolver dificultades”, no solo describirlas, no solo orar por ellas, sino además resolverlas.

Hoy más que nunca se buscan resultados y dentro de esto el resolver dificultades es de lo más buscado. Hay cuatro acciones básicas a la hora de resolver dificultades.

• Creer que la dificultad puede ser resuelta.

• Buscar la solución y no esperar que aparezca mágicamente.

• Desarrollar las competencias necesarias para lograrlo.

• Buscar la ayuda idónea cuando requiera de la intervención de otros.

Cuando logres que se hable de vos y se sepa que podés dar la interpretación correcta y que además tenés la capacidad de resolver dificultades, lo que hagas no tendrá techo. Cuando logres estas cosas también recibirás el vestido púrpura del reconocimiento, el collar de oro de la remuneración y el tercer lugar de la autoridad.

Yo bendigo tu vida para que Dios haga realidad esta palabra en todo lo que emprendas y desarrolles y puedas crecer y edificar a los demás.